Muchas veces, después que un corazón es herido no busca amor, afecto, cariño o ilusión. Se siente en la necesidad de sanar la herida, llenándose de placer, mientras satisface sus caprichos y deseos fortuitos. Cuando se ahoga en el mar de sentimientos, sólo desea drenarlos con la satisfacción que otorga una noche fría llena de posibilidades casuales sin imposición. Se detendrá a esperar que lo acaricien momentos pasajeros, que lo hagan suspirar y levitar sobre la razón, para no utilizar el corazón. Sólo la propia y egoísta complacencia, llena de ideas incompletas, podría salvarlo del abismo sentimental al que se enfrenta, si se permite a sí mismo, revelar el deleite que desea manumitir, para fruición de él, posible y futuro erudito en su nueva materia descubierta.
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Pringa d bosta mi Blog... >:D